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Articles by Bill Crowder

Corazón agradecido

De niño, mi ídolo era el explorador norteamericano Davy Crockett. En el libro Vida y aventuras de David Crockett, este personaje se enfrenta con una vista maravillosa que lo hace estallar en alabanza al Creador. El autor lo describe así: «Justo detrás de la espesura, había otra pradera inmensa y sin árboles, tan verde, tan hermosa, tan radiante de flores, que hasta el Coronel Crockett, totalmente desacostumbrado a todo sentimiento devocional, frenó su caballo y, mirando fascinado el paisaje, exclamó: “¡Oh, Dios, qué mundo tan bello has hecho para el hombre! Y sin embargo, ¡cuán pobremente te recompensa por ello! Ni siquiera te retribuye siendo agradecido”». Crockett reconocía que la obra de las manos del Creador demandaba reaccionar con gratitud; respuesta que suele pasarse por alto o ignorarse.

Ordinario contra extraordinario

Por más de un siglo, el pináculo del golf ha sido marcar 59 golpes, lo que solo se había registrado en tres ocasiones en la historia del circuito profesional de este deporte antes del 2010. Entonces, ese año, Paul Goydos logró esa marca y, al mes siguiente, Stuart Appleby lo igualó. Por consiguiente, ¡algunos periodistas deportivos suponían que el logro más codiciado del golf se había vuelto algo común y corriente! Es asombroso ver que se conviertan 59 hoyos dos veces en una misma temporada, pero sería un error considerarlo ordinario.

Reunión largamente esperada

De niño, tenía un collie llamado Chico Príncipe, un gran perro al que amaba de verdad. Un día, desapareció. No sabía si lo habían robado o si, simplemente, se había escapado… pero yo estaba devastado. Busqué por todos lados. En realidad, uno de los recuerdos de mis primeros años es verme subido a un árbol alto desde donde podía divisar todo el vecindario con la esperanza de encontrarlo. Deseaba desesperadamente que mi amado perro volviera. Durante semanas, pasé todo el tiempo mirando y esperando volver a ver a Chico Príncipe. Pero nunca volvimos a reunirnos.

Lo más grandioso

¿Qué es lo más grandioso de los deportes? ¿Los campeonatos? ¿Los récords? ¿Los premios? En la Palestra, el estadio de baloncesto de la Universidad de Pensilvania, una placa presenta una perspectiva diferente sobre este tema. Dice: «Ganar el juego es grandioso. Participar en el juego es más grandioso aún. Pero amar el juego es lo más grandioso de todo». Es un recordatorio estimulante de que los deportes son, en esencia, simplemente los juegos que jugábamos alegremente de niños.

Soy bueno

Cuando alguien nos comenta sobre algún logro personal, es común responder: ¡Qué bueno! Cuando contestamos así, podría pensarse que uno se está refiriendo o a lo beneficioso del hecho en sí o al carácter de la persona con quien hablamos. He respondido de este modo más veces de las que puedo enumerar, pero, últimamente, la frase ha empezado a molestarme. La razón es que, nos demos cuenta o no, estamos expresando algo específico cuando usamos la palabra bueno.

Se necesita ayuda

Durante la Segunda Guerra Mundial, las islas británicas representaban la última línea de resistencia contra el avance de la opresión nazi en Europa. No obstante, bajo un incesante ataque y en peligro de caer, Gran Bretaña carecía de los recursos para triunfar en el conflicto. Por esa razón, el Primer Ministro británico Winston Churchill habló por la emisora de radio BBC y apeló al mundo, diciendo: «Dennos las herramientas y nosotros concluiremos la tarea». Sabía que sin la ayuda del exterior, no podrían soportar el ataque que estaban enfrentando.

Considerar el origen

Me encanta la canela. Me apasionan las rosquillas de canela, las galletas de canela, los dulces de canela, las tostadas de canela, las manzanas con canela y los panecillos con canela. Es una de esas especias que hace que las otras cosas tengan mejor sabor. Sin embargo, nunca se me ocurrió pensar de dónde proviene. Entonces, en un reciente viaje a Sri Lanka, supe que el noventa por ciento de toda la canela del mundo procede de esa nación insular ubicada en el Océano Índico. A pesar de todos los años que disfruté de la canela, nunca me detuve a considerar su origen.

Frenesí de hambre

Los que estudian los tiburones nos dicen que es más probable que ataquen cuando perciben sangre en el agua. La sangre actúa como un disparador de su mecanismo alimentario y, entonces, arremeten. Suelen hacerlo en grupo y generan un mortal frenesí de hambre. La sangre en el agua señala la vulnerabilidad del blanco.

Recuperar el equilibrio

Durante los últimos años, mi esposa Marlene ha tenido problemas en el oído interno que hacen que pierda el equilibrio. Sin preaviso, algo allí adentro se altera y ella se marea. Si trata de sentarse o levantarse, un estado llamado vértigo se lo impide por completo y debe recostarse. Ni el mayor de los esfuerzos puede contrarrestar el poder desestabilizador y perturbador del oído interno. Como es una persona activa, estos episodios le resultan desagradables y frustrantes.

Añoranza del hogar

Cuando nuestro hijo Esteban era niño, fue durante una semana a un campamento de verano con un grupo cristiano. Después de unos días, recibimos una carta de él dirigida a «Mamá y Papá Crowder» que simplemente decía: «Por favor, vengan y llévenme a casa hoy mismo». Lo que su mente infantil no podía comprender era, desde luego, que pasarían algunos días hasta que recibiéramos su carta y otros más antes de que pudiéramos ir a buscarlo. Lo único que sabía su corazón de niño era que añoraba estar en casa con mamá y papá… y algo así puede ser difícil para un pequeño.